Reacciones del sistema inmunitario causadas por sustancias extrañas (antígenos) con las que el ojo ya ha estado en contacto y ante las cuales, por tanto, ya está "sensibilizado".
Los síntomas más frecuentes son: picor, hiperemia (enrojecimiento), lagrimeo, edema palpebral (hinchazón de los párpados). En casos graves (queratoconjuntivitis) también se observan fotofobia (sensibilidad ocular a la luz) y secreciones filamentosas y viscosas.
El tratamiento implica la eliminación del alérgeno que causa la alergia y el uso de lágrimas artificiales, descongestionantes, estabilizadores de membrana, antihistamínicos o, en formas más graves, antiinflamatorios, sobre todo corticosteroides.
Se puede contemplar el uso de vacunas para la alergia en casos de alergias oculares recurrentes asociadas con asma y rinitis.
Alergias oculares: reacciones del sistema inmunitario causadas por sustancias extrañas (antígenos) con las que el ojo ya ha estado en contacto y ante las cuales, por tanto, ya está "sensibilizado".
Cuando los ojos están expuestos a alérgenos, se generan anticuerpos. Si los alérgenos entran en contacto de nuevo con los anticuerpos presentes en la conjuntiva, se produce una reacción alérgica, para la cual se liberan sustancias químicas inflamatorias (como histaminas) de las células, que provocan los síntomas de la conjuntivitis alérgica.
La alergia ocular más frecuente es la conjuntivitis estacional y perenne, que afecta a jóvenes y adultos de todas las edades. La forma estacional suele asociarse a rinitis y, en el periodo en el que los alérgenos que sensibilizan al sujeto están presentes en el ambiente, se caracteriza por los siguientes síntomas : picor, hiperemia (enrojecimiento), lagrimeo, edema palpebral leve (hinchazón de los párpados). En cambio, en el caso de los alérgenos sin estacionalidad específica (como epitelios de animales o algunos hongos) la conjuntivitis alérgica se presenta como dolencia ocasional de corta duración. Se considera conjuntivitis perenne si los síntomas son persistentes o crónicos. En casos pocos frecuentes la córnea también puede verse afectada: esto se denomina "queratoconjuntivitis", que también se asocia con fotofobia (sensibilidad ocular a la luz) y secreciones filamentosas y viscosas.
Los síntomas más frecuentes de las alergias oculares son: picor, hiperemia (enrojecimiento), lagrimeo, edema palpebral leve (hinchazón de los párpados). En casos graves (queratoconjuntivitis) también se observan fotofobia (sensibilidad ocular a la luz) y secreciones filamentosas y viscosas.
El primer paso consiste en eliminar el alérgeno que causa la alergia.
El tratamiento básico de todas las formas de conjuntivitis alérgica implica el uso de lágrimas artificiales, descongestionantes, estabilizadores de membrana, antihistamínicos o, en formas más graves, antiinflamatorios, sobre todo corticosteroides.
Se puede contemplar el uso de vacunas para la alergia en casos de alergias oculares recurrentes asociadas con asma y rinitis.