Pérdida total o parcial de la transparencia del cristalino (opacificación). Las causas de las cataratas pueden ser el envejecimiento, los traumatismos, los factores ambientales (radiación, fármacos, etc.) o algunas anomalías oculares (cataratas congénitas).
Una catarata es una nube u opacidad en el cristalino del ojo, normalmente transparente. Esta opacidad puede causar una disminución de la visión y acabar provocando ceguera.
Las causas de las cataratas pueden ser el envejecimiento, los traumatismos, los factores ambientales (radiación, fármacos, etc.) o algunas anomalías oculares (cataratas congénitas).
Reducción gradual y progresiva de la agudeza visual, percepción de imágenes divididas y halos alrededor de fuentes de luz, cambio en la capacidad de visión en relación con la variación de la intensidad de la luz ambiental.
Existen varios síntomas frecuentes de cataratas:
• aparición gradual e indolora de visión borrosa, pelicular o difusa;
• visión central deficiente;
• cambios frecuentes en la prescripción de gafas;
• cambios en la visión del color;
• aumento del brillo de las luces, especialmente de los faros que se aproximan al conducir por la noche;
• mejoría de la "segunda visión" en la visión de cerca (sin necesidad de las gafas para leer), pero disminución de la visión de lejos;
• mala visión bajo la luz solar;
• presencia de un blanco lechoso en la pupila a medida que avanza la catarata.
Cirugía: se elimina el cristalino opacificado, que se sustituye por una lente intraocular o un "cristalino artificial".
Antes y después de la cirugía de cataratas deben administrarse tratamientos farmacológicos profilácticos para prevenir y evitar complicaciones inflamatorias e infecciosas, de las cuales la más grave es la endoftalmitis postoperatoria.
La catarata es la pérdida parcial o total de la transparencia (opacificación) del cristalino natural, situado detrás del iris, que tiene la tarea de converger de los rayos de luz sobre la retina.
El nombre deriva del griego katarraktês, que significa 'algo que cae de arriba a abajo', para expresar la idea de una pantalla que impide que el ojo vea cuando el cristalino se vuelve opaco.
Las posibilidades de desarrollar cataratas aumentan con la edad, especialmente después de los 60 años, debido al envejecimiento fisiológico del cristalino. Sin embargo, no se trata de una afección que solo afecte a los pacientes de edad avanzada, porque existen cataratas congénitas, presentes en el nacimiento y cataratas de origen diferente, como las que se deben a traumatismos, una exposición prolongada a una radiación ionizante y las inducidas por medicamentos utilizados tanto local como sistémicamente (p. ej., cataratas por corticoides).
También es importante recordar que la exposición excesiva y prolongada a la luz solar es otro factor de riesgo para el desarrollo de cataratas. También hay formas de cataratas asociadas a otras enfermedades oculares, como glaucoma y uveítis o enfermedades sistémicas, como la diabetes.
Con mucha frecuencia, las cataratas son una enfermedad bilateral, que se produce primero en un ojo y posteriormente se desarrolla en el otro.
En ocasiones, unas cataratas pueden tardar solo unos meses en desarrollarse, pero en la mayoría de los casos el proceso tarda años; a veces causa problemas inmediatos; otras, no causa molestias durante meses.
El síntoma más frecuente es la pérdida progresiva y gradual de la visión: el paciente se da cuenta de que su visión se oscurece y se vuelve borrosa y tiene dificultades para leer o ver la televisión, para distinguir objetos colocados a una distancia media o para conducir, especialmente por la noche.
No es infrecuente percibir imágenes divididas o halos alrededor de fuentes de luz (lámparas, luces, etc.).
Otro síntoma es el cambio de capacidad de visión en relación con la variación en la intensidad de la luz ambiental.
Para el diagnóstico de cataratas y para establecer un "umbral" en el que sea apropiado recurrir a cirugía con buenas perspectivas de mejora visual postoperatoria, es necesario realizar una exploración ocular exhaustiva con el fin de realizar una evaluación precisa de la salud del ojo y la función visual dañada.
De acuerdo con las directrices de 2014 de la Società Oftalmologica Italiana (SOI) y la Associazione Italiana di Chirurgia della Cataratta e Refrattiva (AICCER), para un diagnóstico preciso de cataratas, la exploración ocular debe incluir:
— antecedentes médicos generales, basándose en un historial médico exhaustivo preparado por el médico de cabecera;
— antecedentes de oftalmología, basados en toda la documentación relativa a los antecedentes clínicos de los ojos del paciente;
— una exploración física, en la que se detecte el estado anatómico del sistema visual con atención específica a todos los elementos que puedan tener relevancia para la cirugía y, en concreto, la presencia de enfermedades oculares asociadas a las cataratas, una mayor dilatabilidad de la pupila, explorabilidad de las estructuras detrás del cristalino;
— una prueba de visión funcional y agudeza visual de cerca y de lejos con la mejor corrección óptica;
— biometría;
— selección de lentes intraoculares en función de las necesidades del paciente y el estado de refracción del ojo contralateral.
Las cataratas causan problemas visuales que pueden revertirse a través de un procedimiento quirúrgico para eliminar el cristalino turbio.
Normalmente se usa la técnica de facoemulsificación. Se realiza mediante una sonda de ultrasonido, que fragmenta y succiona el cristalino turbio.
Recientemente se ha introducido, para la cirugía de cataratas, el láser de femtosegundo o femtoláser, que puede proporcionar unos altos niveles de seguridad y de precisión.
Una vez extraída la catarata, para restablecer una visión satisfactoria, se implanta una lente intraocular (LIO) o "cristalino artificial".
Este cristalino se compone de materiales biocompatibles y, una vez colocado, se fija en el interior del ojo y no es necesario limpiarlo ni sustituirlo. Las lentes intraoculares modernas puede restablecer una buena calidad de visión, siempre y cuando las demás estructuras del ojo, especialmente la retina, estén sanas.
En las técnicas de implantación más modernas, la lente intraocular puede insertarse en el ojo a través de incisiones muy pequeñas (miniincisión y microincisión), que no requieren puntos de sutura.
Además, la elección de la lente intracular tiene en cuenta los errores de refracción del paciente (miopía, hipermetropía y presbicia), con el fin de compensarlos, ya sea en parte o en su totalidad, y reducir o eliminar la necesidad de llevar gafas (cataratas refractivas).
Antes y después de la cirugía de cataratas, se administran tratamientos farmacológicos profilácticos, definidos y aprobados por las directrices de las principales organizaciones científicas, con el fin de prevenir y evitar complicaciones inflamatorias e infecciosas, de las cuales la más grave es la endoftalmitis postoperatoria.
La división quirúrgica de SIFI proporciona a los oftalmólogos una gama completa de lentes intraoculares para miniincisiones, una lente intraocular innovadora para la corrección quirúrgica de la presbicia y elementos desechables para la cirugía de cataratas (viscoelásticos, soluciones salinas, etc.).