Las lesiones que afectan a la superficie del ojo y, en particular a la córnea, son muy frecuentes y suelen asociarse con el desarrollo posterior de una inflamación (con edema, enrojecimiento, etc.). Entre las lesiones de córnea se incluyen las abrasiones, limitadas a la superficie del ojo y provocadas por microtraumas, incluso las más leves. Además, es posible sufrir lesiones de córnea debido a tratamientos quirúrgicos que afectan al segmento anterior del ojo.
Molestias (como si se tuviera un cuerpo extraño en el ojo) o dolor real, lagrimeo, fotofobia frecuente y, en ocasiones, visión borrosa.
El tratamiento médico depende de la profundidad y extensión de la lesión y suele incluir la limpieza de la herida y un apósito con o sin vendaje ocular.
Las lesiones que afectan a la superficie del ojo y, en concreto a la córnea, son muy frecuentes. Según estimaciones recientes, dichas lesiones representan aproximadamente el 10 % del número total de casos de urgencias oftalmológicas.
Las lesiones de la córnea suelen asociarse al desarrollo posterior de un inflamación (con edema, enrojecimiento, etc.). Las más frecuentes son abrasiones de la córnea, que se limitan a la superficie del ojo y están causadas por microtraumatismos, por banales que sean, por arañazos en los ojos con las uñas o por el uso de lentes de contacto. Además, es posible sufrir lesiones de córnea debido a tratamientos quirúrgicos que afectan al segmento anterior del ojo.
Una herida en el ojo, incluso la más pequeña, generalmente causa una sensación de malestar, como la que se crea por la presencia de un cuerpo extraño en el ojo, o de dolor real, lagrimeo, fotofobia frecuente y, en ocasiones, visión borrosa.
El tratamiento médico depende del grado de daño en la córnea y consta de tres fases.
— Limpieza: la primera intervención del oftalmólogo consiste en limpiar la herida y retirar el cuerpo extraño o la sustancia con la que el ojo ha entrado en contacto.
— Apósito, que tiene tres objetivos:
1. Lubricar la superficie del ojo para facilitar los procesos de reparación de la superficie ocular.
2. Proteger el área de la lesión de las fuerzas de fricción y los factores irritantes ambientales y evitar la superposición de una infección.
3. Facilitar el desarrollo de nuevos tejidos sanos.
Para alcanzar estos tres objetivos, la solución más eficaz es utilizar un producto (generalmente asociado a un antibiótico) que tenga un tiempo prolongado de permanencia en la superficie ocular y que no contenga conservantes. Las formas farmacéuticas utilizadas con mayor frecuencia son las pomadas y geles. A diferencia de las pomadas, que no son muy cómodas porque no son transparentes o son muy viscosas, los geles no nublan la visión y garantizan la hidratación y la lubricación ocular.
En caso de lesiones grandes o profundas, además del tratamiento anterior, el oftalmólogo normalmente aplica también un vendaje ocular durante aproximadamente 2-3 días para reducir el rozamiento de los párpados y facilitar el proceso de cicatrización de la córnea.
SIFI ofrece una gama de productos específicamente formulados para el tratamiento de lesiones y abrasiones de la superficie del ojo causadas por traumatismos o después de intervenciones quirúrgicas.